"El fin de todo el discurso oído es este: Teme á Elohim, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Elohim traerá toda obra á juicio, el cual se hará sobre toda cosa oculta, buena ó mala." Kohelet 12:13

Oct 19, 2012

El segundo Templo de Jerusalén

Tras setenta años de cautiverio en Babilonia, luego del retorno desde el cautiverio, bajo el liderazgo de Zorobabel, se inicia la construcción del Segundo Templo de Jerusalén.

La Construcción de este nuevo templo se inició en el 537 A.C., después de una pausa, se reanudaron los trabajos en el 520 A.C. Cinco siglos después, este segundo templo fue renovado por Herodes I el grande alrededor del 20 A.C. Herodes I el Grande quiso devolver el esplendor al Templo, se ampliaron las explanadas adyacentes al templo, hasta alcanzar 15 hectáreas amuralladas entre los montes Moria y Sión.

La nueva estructura es referido algunas veces como el Templo de Herodes, pero también se le sigue llamando Segundo Templo ya que los rituales de sacrificios continuaban sin disminución durante todo el proceso de construcción.

En el 66 dC, la población judía se rebeló en contra del Imperio Romano. Cuatro años después, el 70 dC, las legiones romanas bajo las órdenes de Tito reconquistaron y luego destruyeron la mayor parte de Jerusalén y el Segundo Templo.

Primer templo de Jerusalén

La construcción del Templo comenzó durante el cuarto año del gobierno de Salomón ( reinó 970 - C 930). Se tardó en construirlo aproximadamente 7 años, lo que implica que debió de terminarse en el año 961 a.C. El Templo propiamente dicho debió ser un edificio largo y bastante estrecho, orientado sobre un eje longitudinal en dirección Este-Oeste. 

El edificio debió tener una longitud de aproximadamente 30 metros, 9 metros de ancho y una altura de casi 3 metros. En la fachada oriental se construyó una escalera, junto a la puerta de la entrada. A ambos lados de ésta se erigieron dos columnas, llamadas Jaquim y Boaz, la primera a mano derecha de la entrada y la segunda a su izquierda. Los sacerdotes y el rey entraban en el Templo a través de una gran puerta chapada de oro, de aproximadamente 10 metros de alto y 4 de ancho. Trás de esa puerta se encontraba el vestíbulo de entrada, el «Ulam». Después de este vestíbulo, se encontraba la estacia principal, el «Hekal» o Santo, iluminado a través de unas ventanas altas. 

Después de la muerte de Salomón, el templo sufrió profanaciones no sólo con las invasiones sino con la introducción de deidades siro-fenicias en ciertos periodos y sólo se restauró en varias ocasiones como en los reinados de Ezequías y Josías. Finalmente fue destruido por el rey babilónico Nabucodonosor II en 587 a. C., que además llevó cautiva a una gran parte de los habitantes del Reino de Judá hacia tierras caldeas.